“…Textos bíblicos como Mateo 21, 33-46 dejan ver que el afán de acaparamiento de tierras y de otros bienes de la creación pueden obedecer a un instinto natural de los seres humanos, pero se puede transformar a través de un discernimiento adecuado a la luz del Evangelio y se da el paso a niveles más elevados de humanización, que permiten compartir la tierra y los bienes.…”
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“…El cerebro reptílico (también llamado “complejo reptiliano) es el encargado de gobernar los instintos, mientras el cerebro límbico es el encargado de gobernar las emociones.…”
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“…Sin duda alguna, la gran herencia que recibimos de dicha animalidad precedente es la de poder gozar de dos cerebros que, en primer lugar, van a mantener la vitalidad de todo el organismo y van a coordinar el manejo de los instintos (cerebro reptílico), al mismo tiempo que van a disfrutar de las emociones que todo lo anterior provoca (cerebro límbico).…”
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“…Los especialistas nos dicen que no nacemos plenamente humanos, sino que lo vamos siendo poco a poco, en la medida en que nuestro tercer cerebro, es decir, el neocórtex, el cerebro específicamente humano, se desarrolla hasta recubrir los otros dos cerebros (reptílico y límbico) de herencia animal, y en cierta forma, tomar el mando natural que ejercen sobre nuestros instintos y arrebatárselo. …”
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