RD Escritos Paulinos
Volver una y otra vez a tocar las propias raíces es siempre un servicio a la propia identidad. En este sentido, junto con el encuentro con Jesús, nada tan favorable al crecimiento en identidad cristiana y misionera como volver los ojos a Pablo de Tarso. Sus escritos nos ponen en contacto lleno de...
Saved in:
Main Author: | |
---|---|
Format: | http://purl.org/coar/resource_type/c_8042 |
Language: | spa |
Published: |
Fundación Universitaria Claretiana
2021
|
Subjects: | |
Online Access: | https://repositorio.uniclaretiana.edu.co/jspui/handle/20.500.12912/1634 |
Tags: |
Add Tag
No Tags, Be the first to tag this record!
|
Summary: | Volver una y otra vez a tocar las propias raíces es siempre un servicio a la propia identidad.
En este sentido, junto con el encuentro con Jesús, nada tan favorable al crecimiento en
identidad cristiana y misionera como volver los ojos a Pablo de Tarso. Sus escritos nos
ponen en contacto lleno de frescor e inmediatez con los orígenes cristianos. Son, si no lo
primero que se escribió entre cristianos, al menos lo más antiguo que se nos ha
conservado. Probablemente la primera carta a los tesalonicenses sea el más antiguo escrito
de la Iglesia.
Por otra parte, la producción literaria paulina (de Pablo y de su escuela) tiene una extensión
considerable. Tres quintas partes del Nuevo Testamento no narrativo nos llegan a su
nombre; y hay escritos neotestamentarios a nombre de otros apóstoles que están
inconfundiblemente "tocados" de paulinismo. No sólo las cartas "de Pedro" o la obra
lucana; hace mucho tiempo se ha destacado la abundancia de terminología paulina en el
evangelio de Marcos.
En cuanto nosotros sabemos, Pablo fue el primer pensador cristiano de envergadura, el
que, con su genial interpretación de la revelación judía a la luz de su culminación en Cristo,
pudo legitimar la pretensión cristiana, cronológicamente anterior a él, de ser el nuevo y
definitivo pueblo de Dios y de llevar un comportamiento en consecuencia. Su talla teológica
ha hecho de él una figura normativa e insoslayable en toda la reflexión cristiana posterior.
Su influjo ha sido decisivo en los esquemas teológicos occidentales, tanto católicos como
protestantes. Y, en todo momento de controversia o de renovación eclesial, Pablo ha sido
referencia obligada.
Pero él no fue principalmente un pensador, sino un misionero. Su entrada en la Iglesia
supuso un impulso gigantesco y definitivo a la misión tanto entre judíos como entre
paganos (con preferencia por éstos). Trabajador y organizador infatigable, supo organizar
en torno a sí verdaderos equipos de evangelización y superar, a veces en situación
martirial, cuantos obstáculos se le fueron atravesando en el camino. Su expresión "desde
Jerusalén hasta el Ilírico y en todas direcciones lo he llenado todo del evangelio de Cristo"
(Rm 15,19) es mucho más que lenguaje hiperbólico de un oriental. |
---|