RD Evangelios sinópticos

Estimados y estimadas estudiantes, reciban un cálido saludo de bienvenida al estudio de los Evangelios Sinópticos, los escritos más leídos y estudiados de la Sagrada Escritura, porque narran la vida, el mensaje y la obra de Jesús de Nazaret. La palabra “evangelio” es utilizada sólo por Marcos (1,...

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Gardado en:
Detalles Bibliográficos
Autor Principal: Muñoz Rendón, Janneth
Formato: http://purl.org/coar/resource_type/c_8042
Idioma:spa
Publicado: Fundación Universitaria Claretiana 2021
Subjects:
Acceso en liña:https://repositorio.uniclaretiana.edu.co/jspui/handle/20.500.12912/1622
Tags: Engadir etiqueta
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Descripción
Summary:Estimados y estimadas estudiantes, reciban un cálido saludo de bienvenida al estudio de los Evangelios Sinópticos, los escritos más leídos y estudiados de la Sagrada Escritura, porque narran la vida, el mensaje y la obra de Jesús de Nazaret. La palabra “evangelio” es utilizada sólo por Marcos (1,1); Mateo prefiere hablar de “libro” y Lucas de “relato”. La palabra griega euangelion era utilizada por los griegos para designar al mensajero que traía una buena noticia. La palabra evangelio también se utilizaba para señalar el gozo por la entronización de un nuevo emperador o el nacimiento de su heredero. Con el tiempo, la palabra evangelio se convirtió en un término técnico para hablar del gozo por una buena noticia. Por tanto, no es extraño que Marcos hubiera elegido este término para designar la Buena Noticia de la Salvación a través de Jesucristo. Al principio, el “evangelio” no eran cuatro libros sino la memoria oral y escrita de la vida, misión, muerte y resurrección de Jesucristo. Los encargados de compartir esta memoria para la humanidad fueron las primeras comunidades cristianas. Lo que estas comunidades consignan en los evangelios es el fruto de una experiencia de fe, con el objetivo de convertirlo en fuente catequética para las nuevas comunidades. Los evangelios son el mayor testimonio escrito sobre Jesús, sin estos, de Jesús sólo conoceríamos lo que muy brevemente comentan los historiadores de su época. Por los años 150 d.C. los escritos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan reciben el nombre “oficial” de “evangelios”. No faltaron al principio intentos, como el de Taciano y Marción en el siglo II por fusionar los cuatro evangelios en uno solo, para presentar una única vida de Jesús. La Iglesia cristiana siempre ha rechazado estos propósitos porque los evangelios no son una historia en el sentido estricto de la palabra, sino, una interpretación teológica de la vida de Jesús. Cada comunidad recogía los testimonios apostólicos sobre Jesús y los interpretaba o adecuaba de acuerdo a su realidad y necesidades.